venres, 28 de novembro de 2008

JOHN FORD: Centauros Del Desierto (1956)


El 16 de junio de 1955 comenzó el rodaje de una de las mayores epopeyas que el cine americano haya filmado jamás, así como una de las películas más personales de su autor; John Ford. Estamos hablando de Centauros del desierto.

Cinco años después de haber rodado su último western; Río Grande y tras la decepcionante experiencia de Escala en Hawai, Ford se encuentra con más ganas que nunca de regresar a Monument Valley.A sus 62 años, Ford, acumulaba tras de si una serie de convicciones políticas y sociales bien arraigadas, frente a ellas surge una sociedad americana que abandona la senda del macarthysmo para introducirse de lleno en la lucha por los derechos civiles. En 1954 el Tribunal Supremo había declarado ilegal la segregación racial en las escuelas públicas norteamericanas, poco más tarde, en Montgomery (Alabama), Rosa Parks se niega a ceder su asiento, en el autobús, a un hombre blanco, dando paso de este modo al movimiento que con posterioridad liderará Martin Luther King y cuya historia es de todos conocida… Algo estaba cambiando en la sociedad americana y Ford era testigo de excepción de lo que allí estaba ocurriendo, todo ello influirá de modo directo en su nuevo proyecto, empujándolo a abordar de forma decidida los miedos interraciales que acechaban a la sociedad blanca estadounidense. Sería cicatero afrontar un film de tal envergadura desde un solo ángulo, cuando críticos cinematográficos de primer nivel lo han abordado desde infinidad de perspectivas -y desde esta, me imagino, también-. Lo que se pretende en este artículo, es dar un repaso a un plano que no nos parece menor dentro de la infinidad de interpretaciones posibles. La actividad que proponemos a continuación se basaría en el ejercicio mental de sustituir a todos y cada uno de los indios o mestizos presentes en la cinta por personajes negros. Vamos allá… alea iacta est.

Ford sitúa la acción en Texas en 1868, cuando Ethan Edwards regresa a casa de su hermano, tres años después de acabada la guerra civil, contienda en la que había optado por el bando perdedor. En el porche lo esperan su cuñada, con la que tiempo atrás compartió algo más que parentesco, su hermano, su sobrino Ben y sus dos sobrinas Debbie y Lucy. Ford deja para más tarde la presentación del hijo adoptivo de la familia Edwards: Martin Pawley un joven mestizo con una octava parte de sangre cherokee y el resto de galés e inglés, personaje fundamental en el desarrollo del film. Poco después de la vuelta de Ethan, y en su ausencia, su hermano, su cuñada y su sobrino, son salvajemente asesinados a manos de un grupo de comanches liderados por el jefe Cicatriz. Los indios secuestran a las dos hijas del matrimonio, violando y asesinando con posterioridad a Lucy, la mayor. Ethan empleará siete años de su vida en la agónica búsqueda de su sobrina Debbie, en su deambular le acompañará un cándido e inexperto Martin Pawley.

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1 comentario:

Anónimo dixo...

Lo siento, no puedo con esta película. Siempre me ha parecido un auténtico tostón, además de racista. Para película racista buena ya llega con "El nacimiento de una nación".